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i madre ANA ELVIRA ROMÁN DE GARCIA, siempre estuvo convencida que “Uno de los más urgentes esfuerzos que deben hacerse a favor de la construcción de la sociedad es la reconstrucción de la educación”. Desde hace 65 años emprendió la misión de gestar un proyecto donde el sueño de paz tuviera cimientos y baluartes que formaran a las nuevas generaciones para enfrentar los desafíos y retos que el mundo cambiante le exigía.
i madre ANA ELVIRA ROMÁN DE GARCIA, siempre estuvo convencida que “Uno de los más urgentes esfuerzos que deben hacerse a favor de la construcción de la sociedad es la reconstrucción de la educación”. Desde hace 65 años emprendió la misión de gestar un proyecto donde el sueño de paz tuviera cimientos y baluartes que formaran a las nuevas generaciones para enfrentar los desafíos y retos que el mundo cambiante le exigía.
Aprovecho este espacio para agradecerte : Gracias
madre por indicarnos el camino a seguir, en el nombre de mis hijos Leandro y Adriano, en el de mi familia y en el de las
personas que se convirtieron en aliados cómplices de esta aventura educativa a
través de su trabajo y compromiso.
Tú, con ese carisma de mujer con proyección y
ética social creíste y nos hiciste creer. Acuñaste los idearios de una persona
revolucionaria científica y pedagoga, desde cuando la mujer aún no
había conquistado muchos derechos, para conjugar una propuesta que es hoy
emblema de ciudad, de país y de nación: El Colegio Montessori de Cartagena, Tu
hijo más preciado. El espacio perfecto que nos legaste para continuar tu obra
cósmica y social, tu obra consciente que propicia la comprensión de las grandes
responsabilidades de todo ciudadano.
Hoy, tu familia y la Comunidad Educativa exaltan
esa iniciativa misional que ha formado a tantas y tantas generaciones
Cartageneras con una impronta que desde su fundación fue perfilando y
convenciéndose que “Ser un niño es sentir el goce de estar vivo, acompañar a un
niño es conocer las delicias de la vida, educar a un adulto para acompañar a un
niño, es generar una promesa de amor y vida para la humanidad”.
No pudiste ser más visionaria, al seguir el
legado de María Montessori, orientando la educación hacia la formación de
ciudadanos del mundo con conciencia de comunidad, conciencia cultural y
conciencia ecológica. Ésta seguirá siendo una bandera que se levantó en
Cartagena y que será llevada a otros contextos y comunidades, pero sin duda
alguna siguiendo el principio de humanidad. El mismo que te movía para
mantenerte en esperanza.
Atreverse como mi madre se atrevió cuando su
juventud acariciaba la existencia a enfrentar todos los obstáculos. Ser la
primera mujer diputada del departamento de Bolívar, en medio de una política
decadente y de unos pensamientos religiosos ortodoxos y luego fundar el primer
colegio mixto en la ciudad, nos habla de lo posible que es soñar y de educar a
pesar de las contradicciones fue el verdadero legado. Gracias mamá por esta
gran lección de vida.
Marite García
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