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Escuelas Montessori: 3 claves para entender por qué forman grandes líderes

¿Sabías que los niños que asisten a las escuelas Montessori generalmente poseen mejores capacidades y superan a aquellos que asistieron a instituciones tradicionales? Y que ¿algunos de los innovadores más reconocidos del mundo como Larry Page y Sergey Brin de Google; Jeff Bezos de Amazon; y Jimmy Wales de Wikipedia, estudiaron con educación Montessori? Las características de estos establecimientos, permiten desarrollar líderes. Entérate por qué en esta nota que publicó la revista Forbes.
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“Nadie habría podido prever que los niños guardaran el secreto que siempre ha cubierto al alma humana, y que de ser descubierto, podría ayudar a resolver los problemas sociales y personales de la adultez” María Montessori
Desarrollado en 1987 por la educadora y doctora italiana, María Montessori, el enfoque educacional de este sistema desafió en su tiempo a las teorías pedagógicas predominantes a través de su propuesta de dar libertad a los niños para crecer, aprender y contribuir directamente al desarrollo de sus entornos escolares.
Es interesante saber que, a pesar de que las metodologías que estableció la Dra. María Montessori fueron desarrolladas en pos del mejoramiento de la educación para niños, su filosofía se basó en la ciencia de la vida en general. Por lo que es comprensible que los estudios que desafíen el concepto de “liderazgo” nos evoquen muchos conceptos relacionados con los principios de Montessori. Estos estudios muestran datos paralelos bastante concluyentes entre la naturaleza de los infantes y los adultos, los ambientes necesarios para desatar el potencial de una sala de clases, y también lo necesario para mejorar el lugar de trabajo de los profesores  y otros líderes.
A continuación, presentamos los paralelos más importantes del estudio:

1. Nuevas reglas sobre la inspiración

En lugar de comprender a los niños como recipientes vacíos que necesitan ser llenados y disciplinados, la Dra. Montessori hizo énfasis en el deseo y la habilidad innata que estos tienen por aprender.
Logró reconocer el instinto físico de los niños para poder observar y crecer viendo la vida “tal como lo que es”. Entendió que un infante aprende a sentarse, a caminar y a hablar sin ningún tipo de instrucción externa. Observó la indiferencia de los niños con respecto al castigo, a la recompensa y al condicionamiento, así como también sus principios internos de guía como su fuente primordial de aprendizaje. La Dra. Montessori concluyó que el hambre innato de un niño por aprender y alcanzar el desarrollo será lo que lo conducirá a la disciplina, la concentración, y claro, la felicidad.
De manera similar, siempre se cree de forma implícita que la estructura tradicional de la organización se basa en que los empleados necesitan seguir órdenes para desarrollar la disciplina. Es por esta razón que muchos lugares de trabajo están construidos sobre la creencia de que es necesario controlar y vigilar, así como también medir los resultados, premiar, y castigar.
Pero autores como Daniel Pink, de Drive, se cuestionan constantemente esto. Pink explica que para llevar a cabo actividades que impliquen el uso de las habilidades cognitivas rudimentarias , las recompensas monetarias pueden conducir a una baja en el rendimiento y los resultados, por el contrario de lo que se cree. Lo que realmente nos motiva a mejorar es mantener nuestra autonomía, perfeccionarnos, y claro, tener un propósito. Pink habla sobre la necesidad interna del ser humano de manejar su propia vida, aprender cosas nuevas y crear en base a la innovación para mejorarnos a nosotros, y claro, para mejorar al mundo en su totalidad. Sus estudios e investigaciones en base a las experiencias de un sinnúmero de compañías nos demuestran que si buscamos inspirar (y no manejar) a la gente para alcanzar su máximo potencial, debemos fijarnos en sus factores internos.
2. Ambientes que logran activar
Debido a que la Dra. Montessori observó la habilidad inherente de los niños para el aprendizaje, supuso que todos ellos necesitaban de igual manera un ambiente propicio para llevar a cabo los procesos de aprendizaje y enseñanza. A diferencia de los salones de clase tradicionales, donde los niños dependen enteramente de los adultos para el manejo y desarrollo de las actividades, las salas de clase Montessori permiten a los niños manejar su propio aprendizaje. Los objetos y los muebles en estos lugares son proporcionales a las contexturas físicas de los niños, y los libros son materiales a los cuales tienen un acceso permanente. Aún más importante, el ambiente le ofrece al niño la libertad de escoger las actividades que quiere realizar basado en sus necesidades personales, y poder trabajar en esto.

En 2014, Frederic Lacroix, líder de desarrollo del pensamiento organizacional en Reinventing Organizations, examinó organizaciones con estructuras de administración similares. Descubrió que FAVI, una compañía francesa de manufactura, organiza sus equipos en pequeñas “mini-fábricas” (de 15 a 35 personas cada uno) que se dedican a abastecer a los clientes. No existe una administración entremedio y tampoco existen funciones de soporte, como oficinas de recursos humanos o departamentos de planificación y ventas, por lo que no hay reglas impuestas ni tampoco procedimientos forzados. Los equipos se organizan para poder trabajar con los clientes. Los gerentes le dan órdenes al equipo, los que a su vez aceptan, rechazan, o eligen las fechas para interactuar con los clientes. Los gerentes no tienen objetivos de venta, su motivación es entregar herramientas de trabajo al equipo, y convertirse en una marca bien vista entre la competencia por los clientes. Cuando aumentan las oportunidades, los trabajadores también aprovechan de alzar la voz y proponer sus propios proyectos para mejorar.
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3. El líder como facilitador

En las escuelas Montessori, los profesores no se quedan siempre detrás de sus escritorios imponiendo su autoridad sobre los estudiantes. Los niños son el centro de todo, libres para actuar y decidir. Los profesores deben creer, guiar, y “hacerse a un lado” para permitir que los niños vuelen hacia su desarrollo.
La Dra. Montessori creía que un profesor no podía ejercer un rol tan importante sin antes haberse estudiado a sí mismo y haber dejado atrás todas esas creencias egoístas e inconscientes que nos impiden ver a los niños como lo que son, sin ningún prejuicio o idea preconcebida. En lugar de liderar a los chicos, el maestro tiene que estar dispuesto a enseñarles y a aprender de ellos. Los profesores deben permanecer constantemente alerta a la dirección que cada estudiante está tomando y así poder quitar los obstáculos de su camino. El rol del maestro, en pocas palabras, no es instruir, sino facilitar.
Escrito por: Constanza Carmi
Fuente: Montessori Schools Offer Big Lessons For ‘Managers’
Traducción: Matías Riquelme Ríos, Estudiante de Pedagogía en Inglés – USACH

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